Salud mental y deporte

 

LA TRÍADA COMO BASE

 

El deporte es nuestra pastilla en psicología. Tanto la relajación como el deporte hacen que nuestro cuerpo baje de revoluciones. Es una de las tres partes físicas que tenemos que controlar, junto con la alimentación y el sueño. Cuando tenemos a este trío bajo control, resulta mucho más fácil trabajar y poner en marcha estrategias psicológicas para afrontar nuestros problemas.

 

 

BENEFICIOS

 

El ejercicio físico ayuda a superar problemas emocionales en diferentes sentidos. Por un lado, nos genera endorfinas, esas hormonas de la felicidad, que son como drogas naturales que nos generan buen rollo. Pero también implica mejorar otros aspectos importantes:

  • Fuerza de voluntad.
  • Motivación.
  • Constancia.
  • Hábitos.
  • Autonomía.
  • Conciencia corporal.
  • Autoestima.

Además, las personas que padecen algún trastorno de ansiedad sufren una gran estimulación del sistema simpático, que las mantiene permanentemente alerta. Cuando realizamos ejercicio físico estamos estimulando el sistema parasimpático. Ahí compensamos. Por eso las personas que tienen un hábito de deporte suelen padecer menos ansiedad.

 

 

BAJA A LA REALIDAD

 

Es un clásico en los objetivos de fin de año proponernos ir al gimnasio y también es un clásico fracasar en ese objetivo. La consecución de hábitos, la constancia y la gestión del tiempo son cuestiones complejas y que hay que adaptar a cada caso particular. Es necesario aprender a bajar las expectativas y adaptar el tipo de ejercicio. Quizá puedo proponerme ir menos días o menos tiempo, o quizá me gusta más otro tipo de deporte. Es decir, todo vale, todo suma, y lo importante es arrancar. Ya habrá tiempo de mejorarlo y de pedirnos más.

 

Tenemos que definir bien los objetivos de deporte y tener prudencia. Tengo que saber:

  • ¿Qué ejercicio quiero realizar? ¿Prefiero boxear o bailar?
  • ¿Cuándo voy a practicarlo? ¿Me viene mejor por la mañana o me encaja mejor después de trabajar?
  • ¿Dónde lo haré? ¿En el gimnasio, en mi casa, al aire libre?
  • ¿Con qué frecuencia? ¿Dos días a la semana, tres, cuatro?
  • ¿Durante cuánto tiempo? ¿Treinta minutos, una hora?

Los objetivos generales se nos quedan grandes y nos llevan directos al fracaso.

 

También puede ayudar registrar nuestra evolución. Llevar un registro de ejercicio físico y escribir cómo nos sentimos después de realizarlo.

 

La fuerza de voluntad es como un músculo que hay que entrenar. Y la manera que tenemos de fortalecer ese músculo es mediante la suma de pasos pequeños.

 

 

NO TE PASES

 

¿Y si estoy en el otro extremo? Hacer ejercicio es recomendable, sin lugar a dudas, pero de manera moderada. Hoy en día existe una tendencia obsesiva a la hora de practicar deporte o aficiones. La clave está en no desatender otras áreas de nuestra vida y poder tener diferentes fuentes de satisfacción. Si solo obtenemos placer del deporte y cada vez queremos más y más, creo que se nos está yendo la pinza... Todo en su justa medida.

 

 

BACHES EN EL ENTRENAMIENTO

 

¿Siempre puedo dar lo mismo? Cuando no pasamos por un buen momento, cuando psicológicamente no estamos bien, es difícil conseguir un buen rendimiento en el deporte. Salud mental y ejercicio físico van de la mano, mejora uno y mejora el otro. Empeora uno y empeora el otro. Si yo tengo un problema, un bache, no puedo dar lo mismo que en un buen momento, solo conseguiría que apareciese la frustración. Por lo tanto, en estos casos deberíamos bajar la expectativa. Una vez más, tengo que adaptarme, ponerme objetivos deportivos más realistas y amoldarme al momento que estoy pasando. ¿Puedo seguir haciendo ejercicio en un mal momento? Sí, por supuesto. ¿Puedo mantenerlo al mismo nivel? No, no puedo. Las ganas de intensificar el ejercicio van aumentando progresivamente y poco a poco llegaré a donde estaba.

 

 

SUMANDO FACTORES

 

Y si al ejercicio físico le sumamos unos cuantos factores más, conseguimos la receta mágica para la estabilidad mental:

  • Alimentación saludable. Sin dietas restrictivas, un hábito de alimentación variado y sano.
  • Una buena rutina de sueño. Con eso ya tenemos energía, vitalidad y buen humor.
  • Un poco de meditación en nuestro día a día. No es fácil porque la mente nunca se calla, pero es interesante introducirnos. Ayuda a lidiar con nuestros pensamientos y emociones y calma nuestra mente.
  • Usar la escritura como método para desahogar nuestras emociones y pensamientos. Es una foto emocional de cómo estamos en una época y, a la vez, estamos creando un bonito recuerdo al que podemos volver.
  • Controlar el móvil y no que el móvil nos controle a nosotros. Saber poner límites, saber desconectar.

Todos estos ingredientes, mantenidos en el tiempo, semana tras semana, son milagrosos. ¿Te animas a probarlos?

 

 

 

 

 

 

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