¿Cómo salir de una relación dependiente?

Hablamos de dependencia emocional cuando tenemos una incapacidad para dejar una relación tóxica. Cuando hay dependencia no eliges al otro. Estás con la otra persona porque no te ves capaz de estar sin ella. Es una necesidad afectiva y un enganche emocional que implica una incapacidad para salir de ahí a pesar del gran sufrimiento. 

 

¿Por qué son tan habituales este tipo de relaciones tóxicas? Lo cierto es que no nos enseñan nada sobre las relaciones de pareja, así que no es nada raro que sea una asignatura pendiente. Los mitos del amor romántico tienen la capacidad de influir sobre nuestro comportamiento. Las películas, series, canciones y la publicidad nos bombardean con mensajes idealizados y erróneos sobre el amor. La sociedad en la que vivimos es el entorno perfecto para empaparnos de falsas creencias sobre el amor que, irremediablemente, condicionan nuestro comportamiento. Además, la soledad está muy mal vista. Por eso, muchas relaciones no se basan en el amor al otro, sino en el miedo a estar solo contigo mismo. 

 

Las relaciones no requieren el sacrificio que nos venden. Aprendemos que tenemos que estar siempre alerta por si pasa algo y asociamos amor a sufrimiento. Y la verdad es que no... Una relación de pareja es fácil, fluye, sin lucha.

 

Hay que tener claro que si hay dependencia no hay amor. Aunque nos autoengañemos diciendo que seguimos ahí por el inmenso amor que sentimos, no es cierto. Cuando una persona no me trata bien, no me quiere. Cuando una persona no me trata bien, no le quiero. Aunque me digan y me prometan amor, tengo que observar las conductas y ver si realmente su comportamiento demuestra amor. No importan las palabras, tenemos que quedarnos con los hechos. 

 

Lo bueno de las relaciones de pareja es que son cosa de dos. Nunca la culpa o la responsabilidad es de uno solo. Y lo cierto es que nadie puede hacernos sentir inferiores sin nuestro consentimiento. Es importante que aprendamos a decir no y a poner límites para salir a tiempo de las relaciones dependientes. Nadie debe vivir una falta de respeto más de una vez, una es más que suficiente, si se repite ya es demasiado. 

 

¿Por qué seguimos en relaciones tóxicas cuando conocemos tanta teoría? ¿Por qué seguimos en relaciones que nos generan tanto sufrimiento? ¿Por qué no le dejamos y listo? Pues precisamente es difícil porque estamos ante una dependencia, ante un problema psicológico. Y las rupturas dependientes no son rupturas normales. Los duelos después de una relación dependiente tampoco son normales. Todo es mucho más difícil. Tenemos un síndrome de abstinencia que nos hace necesitar nuestra "droga". Además, el problema base es la baja autoestima con la que terminamos en una relación tóxica y eso nos dificulta tomar la decisión de dejar la relación porque creemos que no tenemos los recursos y capacidades necesarias para solucionar la situación. 

 

 

¿CUÁLES SON LAS RECOMENDACIONES PARA SALIR DE UNA RELACIÓN TÓXICA?

 

  • Lo primero que tenemos que hacer es tomar conciencia de la gravedad de la situación. Aparcar el objetivo de intentar cambiar a la pareja, aceptar que no va a cambiar. Tenemos que pensar en lo sufrido para que nuestra cabeza no trate de autoengañarnos. Por eso es muy útil apuntar en una libreta todas las situaciones negativas y hacer listados de las cosas que no nos gustan de la otra persona. Tiempo después, cuando sintamos el síndrome de abstinencia, podremos releerlo y nos ayudará a dejar de idealizar. 
  • Es importante pedir ayuda a nuestra familia, amigos o iniciar un proceso de terapia. Es un proceso difícil y es necesario que contemos con apoyos.
  • La parte más importante es cortar por lo sano. Tener contacto cero con esa persona. Una pareja dependiente siempre mantendrá ese tipo de dinámica pase el tiempo que pase, por lo que es imposible mantener una amistad o ser follamigos. Lo único que lograremos es terminar peor de lo que estábamos y alargar más el sufrimiento.
  • Contacto cero implica todo lo que esté a nuestro alcance: eliminarle y bloquearle en redes sociales, no cotillear nada sobre esa persona, no llamarle ni escribirle, borrar las conversaciones y fotos del móvil, no quedar con sus amigos o familiares, no hablar de esa persona y pedir que no me hablen del tema, no frecuentar sitios donde podrías encontrarle, cambiar de número de móvil si es necesario... 
  • Podemos hacer rituales de despedida. Puedo crear una caja en la que metemos todos los recuerdos de esa persona y de nuestra relación. Será una caja que no tiramos porque esa relación es parte de nuestra vida, pero es una caja que escondemos porque no queremos que esa persona sea parte de nuestro presente. En la caja también podemos meter una carta de despedida que le escribimos, donde desahogamos nuestros pensamientos y sentimientos y donde nos despedimos (aunque no le daremos la carta, porque necesitamos CONTACTO CERO). 
  • Cuando tengas ganas de volver con esa persona, pregúntate: ¿Vuelvo porque realmente le echo de menos o porque echo de menos a una versión idealizada de esa persona? ¿Vuelvo porque le echo de menos o porque no quiero seguir sufriendo el duelo? ¿Vuelvo porque quiero ese tipo de relación o porque no quiero estar en soledad? ¿Tengo alguna prueba real de que las cosas serían diferentes si volvemos?
  • Es importante evitar encadenar una relación con otra, sin estar solos. Un clavo no saca otro clavo. Ilusionarte con otra persona no ayuda a gestionar las emociones del duelo, simplemente las esquivamos. Aprendemos a aliviar el malestar dependiendo de otra persona. Otra vez estamos cayendo en una dependencia. Lo funcional es aprender a estar solos, sentir la tristeza y la ansiedad, aprender de la experiencia y conseguir crear una nueva vida en la que estemos bien con nosotros mismos. Ahí sí será sano empezar una nueva relación, si eso es lo que queremos. 
  • Tenemos que aprovechar los procesos de duelo para trabajar en nuestra autoestima. Aprovecha para tomar decisiones en tu vida y demostrarte que no necesitas depender de la opinión de los demás. Evita la comparación. Es momento para conocer gente nueva. Entrena las habilidades sociales para aprender a poner límites y a decir no. Inicia un proceso terapéutico para conocerte mejor y trabajar en tus puntos débiles.
  • Y por último, aprende a estar en soledad. Solo si conseguimos estar bien solos podremos crear una relación satisfactoria y sana. Necesitamos llegar a ese punto en que yo mismo me proporciono libertad, felicidad, seguridad y valor. No podemos buscarlo en otra persona. Así que este es un buen momento para mejorar la autonomía, salir de nuestra zona de confort y empezar a realizar actividades con nuestra única compañía. 

 

Son procesos en los que tenemos que tener paciencia. El contacto cero es muy difícil porque funciona como una droga. Tenemos un síndrome de abstinencia que impide que cumplamos las reglas y caigamos. Tenemos que insistir una y otra vez hasta lograr cerrar ese contacto. No es una mejoría lineal, pero tenemos que continuar a pesar de las recaídas. Son procesos lentos, pero con trabajo se consigue y el esfuerzo merece la pena. 

 

La felicidad está en ti. No la busques fuera. Encuéntrala dentro.

 

 

 

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Comentarios: 2
  • #1

    Uriel (domingo, 10 abril 2022 18:52)

    Ya entiendo y es verdad lo que dice,pero es muy difícil olvidar a la otra persona cuando hay un hijo en camino,me puso orden de alejamiento e invento todo,me seguía llamando y me denunció de nuevo y casi voy preso de nuevo,se metió en el mundo swuinger y se está drogando,pero la justicia la escucha a ella con sus mentiras y yo hundido,sin poder pelear por mi hijo,así nonpuedo olvidar y empezar de 0,me hundió la vida y me es difícil empezar de 0

  • #2

    Dependiente (martes, 19 septiembre 2023 00:55)

    Es difícil lidiar con cada caso particular. Yo soy adicto a una adicta.Años de tratamiento en balde, que duran dos meses, en seguía vuelve la recaída, y una espiral de autodestrucción, infidelidades, mentiras, es muy doloroso. Es como otra persona y es a eso a lo que me agarro para aguantar a su lado , que el monstruo que sale con las drogas no es ella. Pero años ya y socialmente la gente no lo sabe, no lo imagina ni su familia, me amenaza con decir que toda la culpa es mía, con denunciarme por malos tratos , cuando la agresiva es ella.
    Estoy sin ganas de vivir, pidiendo auxilio. Cuando a veces digo, hoy me voy. Luego siento pena y me quedo y sé que si me voy se va a autodestruir más. Dependemos tanto emocional como económicamente, no sabría cómo empezar de cero